19 de enero de 2010

Trilogía alpina

TRILOGÍA ALPINA



 ´La montaña no es como los humanos. La montaña es sincera´

Walter Bonatti



Con este símil académico hemos denominado las tres ascensiones más elevadas de los Alpes. Naturalmente hemos participado con mucha gente en diversas expediciones a lo largo de la década de los 90, pero este reportaje tiene por objeto no solamente entretener sino brindar al mismo tiempo toda la información puntual en torno a las rutas normales en el momento en que fueron realizadas, pues hasta la fecha continúan siendo las mismas.

MONT BLANC 4807 m

La historia comienza en 1786 con el doctor Michel-Pacard y Jacques Balmat, buscador de cristales, los cuales hacen cima el 8 de agosto a las 06:25 de la tarde. Años atrás se realizaron varios intentos sin resultados.

En el verano de 1809 Jacques Balmat y sus hijos convencen a Marie Paradis para ascender la montaña blanca y con 23 años ella se convierte en la primera mujer que planta sus botas en la cima de Europa Occidental. El glaciar de Bossons acapara la atención de los alpinistas siendo la única ruta autorizada durante los siguientes 70 años, como resultado de ese “monopolio” es cuestión de tiempo la exploración de nuevas rutas.

Desde Italia en 1855 James Ramsay con un grupo de guías abren la que se conocería popularmente como la “ruta de los cuatro miles”. Alcanzando el Col du Midi al día siguiente cruzaron el Mont Blanc de Tacul y el Mont Maudit acabando finalmente en el Mont Blanc. Llevando varios años su apertura y como en principio resulta larga, tardaría en convertirse en una ruta popular. En la actualidad la considerada ruta “normal” se conoce como “ruta del Refugio de Goûter”.

Saliendo de la localidad de Les Houches a 7 km de Chamonix, encontraremos nutridas colas en el teleférico que nos aproxima a la parada del tren cremallera procedente de S. Gervais también conocido como el tranvía del Mont Blanc. En el Nid d’Aigle, Nido del Águila, nos encaminamos por un sendero y en 2 horas y media llegamos al refugio-hospedería de Tête Rousse. Justo antes del refugio tenemos que atravesar un corredor conocido como “la bolera” que sin lugar a dudas es la zona más expuesta de toda la ascensión. En él a pesar de contar con cuerdas fijas, los accidentes se suceden todos los veranos debido el desprendimiento y caída constante de piedras de todos los tamaños.

Ese mismo día podemos continuar camino de Goûter y con 650 m de desnivel, el camino se hace más escarpado donde debido al intenso tráfico humano siempre hay riesgo de piedras desprendidas por las cordadas que nos preceden. A pesar de que fue ampliado hace años, el refugio de Goûter tiene verdadera saturación y unas condiciones agobiantes para dormir. Las reservas se hacen con meses de antelación y no es la primera vez que envían gente abajo al no tener la correspondiente reserva (algunos hacen optan por vivaquear en los subterráneos del mismo).

En torno a las 2 o 3 de la madrugada una urdimbre de crampones, mochilas y personas nos despierta inevitablemente. Salimos del refugio y una columna de frontales comienza su lenta marcha y si el tiempo lo permite (el parte meteorológico llega la tarde anterior) a las pocas horas estaremos en el Dôme de Goûter. Durante este tramo el panorama es francamente cautivador, si tenemos claridad apreciaremos a un lado un valle en el momento del amanecer y otro aún oscuro por las sombras de la noche en la otra vertiente. Así llegamos al refugio de Vallot solamente utilizado para casos de emergencia e investigación.

Siguiendo por la arista de los Bosses (también se conoce la ascensión como “ruta de la arista de los Bosses”) llegamos a la amplia cima, lugar que permite el descanso y obtener buenas instantáneas sin los agobios de otras cimas alpinas.

DUFOURSPITZE (MONTE ROSA) 4634 m

Sin lugar a dudas es el mayor de los macizos de los Alpes. El monte Rosa esta repartido entre Suiza e Italia si bien hacia este último país presenta unas escarpadas paredes, por lo que las ascensiones se realizan generalmente por los glaciares del país helvético con pendientes más suaves. En total son diez las cimas de más de 4000 m las que alberga el colosal macizo y su punto más alto es el denominado Dufourspitze con 4634 m que fue hollado el 1 de agosto de 1855 por una nutrida cordada.

Desde Zermatt montamos en el ferrocarril del Gornergrat aunque no es conveniente llegar a la última estación (la cual es interesante por visitar el observatorio del mismo nombre). En ese caso tendríamos que descender y adentrarnos en el glaciar de Gornergletscher que está señalizado. En 2 horas y media alcanzamos el Rosa Hütte.

Al día siguiente de madrugada, partimos a las 02:00 y somos nueve expedicionarios. De entrada tenemos las morrenas del glaciar de Grenz y en 1 hora nos adentramos de lleno en el glaciar del Monte Rosa. Al poco despunta el alba y la impresionante silueta del Matterhorn y Weisshorn vigilan con perseverancia la ascensión a la segunda cúspide alpina. Estamos llegando al collado Satteltole, a 4200 m, punto clave pues hacia el este nos encaminamos a la Nordend y a la derecha a la Dufourspitze (hecho que produce no pocos despistes). Buscando el punto más alto encontraremos pasos aéreos, expuestos si el viento es fuerte, y justo antes de la cima tenemos un paso vertical de grado III. Superándolo veremos la gigantesca cruz como en casi todas las cimas del Valais.

EL DOM 4545 m

Íntegramente en suelo suizo debe su nombre al canónigo Berchtold de la catedral de Sitten quien realizó las primeras mediciones en la zona. La primera ascensión realizada data de 1858, el 11 de septiembre, por el reverendo y profesor galés John Llewellyn Davies acompañado de 3 guías de Zermatt.

La vía normal es la arista Norte o Festigrat. Es un cuatromil relativamente fácil y tengamos en cuenta que hablamos de la tercera cima alpina.

Desde Randa, hermoso pueblecito del Mattertal partimos hacia al punto más alto canalizados con unas barandillas de madera e internándonos en un frondoso bosque. La primera etapa es hasta el Dom Hütte con 1500 m de desnivel, cuando abandonamos el bosque comienza un camino en el que predomina el pedregal con algunas cascadas de agua. Sin darnos cuenta ganamos mucha altura y la vista del valle se hace soberbia. Llegando al Dom Hütte el guarda no habla muy bien de los españoles “españolo gocho” en tono desaforado es lo que sabe decir en castellano.

Muy temprano desayunamos pues nos esperan otros 1500 m de desnivel, y en la oscuridad nos adentramos en el Festigletscher (glaciar de Festi). La senda transita por el lado septentrional del glaciar y logramos la brecha Festijoch. A partir de aquí tenemos dos opciones, continuar por la normal o acometer la Festigrat por el collado que se eleva desde la brecha. Escogemos la última por ser más técnica, y después de sortear una torre por la izquierda llegamos a la cumbre donde una inmensa cruz marca la cima. Las vistas del Liskamn y el Monte Rosa son inmejorables.

Las expediciones relatadas datan de los años 1991, 1999 y 2000.

Texto. Javier Fernández López
Fotos. Óscar Díez Higuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario