"Si el Teide tiene toca, recoge la ropa"
(dicho popular)
Como toda gran montaña, el Teide al igual que el monte Olimpo de Grecia, el Everest, o el Mont Blanc, conserva un origen sagrado en sus reminiscencias mitológicas. Los aborígenes guanches lo llamaron Echeyde que venía a significar infierno, y la posterior castellanización propició el nombre con el que lo conocemos hoy en día: Teide.
La primera ascensión de un europeo podría datarse en 1582 y se atribuye a Sir Edmund Scory. Pero la primera mejor documentada se produjo en 1646 o 1650, según las fuentes, y fue realizada por los británicos Philips Ward, John Webber, John Cowling, Thomas Bridges, George Cove y un tal Clappham.
La formación de la isla de Tenerife (hace unos 10 millones de años) se produjo a partir de erupciones submarinas que fluyeron a través de fracturas en el basamento oceánico. Estas erupciones produjeron una acumulación de coladas de lava almohadillada que elevaron el conjunto desde el fondo oceánico hasta el nivel del mar.
La quinta etapa de formación del Teide (hace 180 000 años) comienza con un enorme deslizamiento geológico hacia el Norte, que generó una depresión de 16 km en dirección E-W y 9 km en dirección N-S y que configuró la actual Caldera de Las Cañadas. A partir de entonces, se iniciará la construcción de los estratovolcanes Teide-Pico Viejo en la mitad norte de la caldera, que continúa en la actualidad.
LA RUTA
Nosotros realizamos una ruta más corta y directa, llamada por algunos la "cero-cuatro" pues se hacen casi 4000 m de desnivel. Se empieza mojando las botas en el Atlántico, en la Playa del Socorro, en Los Realejos. Después sube hasta los 2080 m en un recorrido de 14 km por la Ladera de Tigaiga, que es el escarpado borde oeste del Valle de La Orotava. Luego recorre 7 km atravesando la caldera volcánica de Las Cañadas hasta llegar a los 2530 m en Montaña Blanca donde tras fuerte subida llega al refugio de Altavista a 3259 m, habiendo recorrido unos 26 km en total con un desnivel de 3259 m. Desde aquí sólo queda hacer cumbre y bajar hasta la carretera para coger la guagua, que es como aquí llaman a los autobuses.
Al día siguiente nos desplazamos en taxi hasta la Playa del Socorro (000 m). Son las 07:15 de la madrugada y amanece mientras subimos hasta la carretera TF-5. La atravesamos y por una pista de tierra ascendemos hasta el barrio de Tigaiga (290 m).
Seguimos por el empedrado camino de las Vueltas de Icod el Alto, hasta la carretera superior a Icod. Por ella llegamos al mirador de El Lance (550 m) con su pintoresca escultura. Retrocediendo de nuevo unos metros por la carretera tomamos una vereda que nos sube hasta las casas. Primero por las calles que ascienden y luego por la pista de tierra llegamos hasta el mirador de La Corona (780 m), fácil de identificar por las antenas y el vértice geodésico.
Continuamos subiendo hasta la Fuente de Pedro, último lugar donde puede recogerse agua, aunque recomendamos ir provistos para toda la travesía. Enseguida llegamos a la Antena del Asomadero (1075 m) y a partir de aquí seguimos las pistas forestales que tengan la máxima pendiente.
Pasamos por el cruce de caminos y los restos de la choza de piedra de los Pastores en Chanajiga (1600 m). Enseguida veremos una pequeña construcción religiosa. Continuamos sin separarnos mucho del filo del valle y vamos ganando altura por el filo de la Tigaiga hasta los 2050 m de altitud, donde la pista empieza a separarse del valle en dirección al collado o Degollada del Cedro (2085 m). Aquí al lado de la capilla de color blanco comemos bajo los riscos de la Fortaleza. Las vistas al Llano de las Brujas, la Montaña blanca y el Teide son alentadoras.
Descendemos al Llano de las Brujas (2040 m), una extensión arenosa sin vegetación, y dejando el murallón de La Fortaleza, primero a nuestra derecha y después a nuestras espaldas, continuamos entre la niebla guiados por el GPS.
En la Cañada de los Guancheros retomamos la vereda que poco a poco asciende hasta encontrar la Pista de acceso a la base del Teide (2530 m), sobre la ladera de Montaña Blanca. Poco después pasamos por una zona con grandes esferas de lava de color negro, son los Huevos del Teide, formados por acreción al rodar la lava solidificada ladera abajo sobre la colada, como una bola de nieve.
Llegando a un cartel que te advierte de la necesidad del permiso, iniciamos el Sendero de Altavista (2720 m), zigzagueante y pedregoso, hasta alcanzar el refugio. Durante la subida el Sol se pone tras la montaña y su sombra proyecta la típica silueta triangular que ya hemos observado en otros volcanes. A la vez el cielo se va tiñendo de tonos violetas sobre un extenso mar de nubes. Hoy tenemos Luna llena y su disco anaranjado va ganando altura y aclarando su color.
En el refugio de Altavista (3270 m) cenamos y pasamos la noche. Aquí no sirven comida y solo encontramos una máquina expendedora de bebidas por lo que conviene subir con todos los víveres que se puedan necesitar. A esta altitud el cielo es tan claro que durante la noche podemos ver las constelaciones a pesar de la claridad de la Luna llena.
Desde aquí se inicia una subida más suave entre un paisaje caótico de rocas y formaciones volcánicas hacia La Rambleta (3550 m), donde encontramos la estación superior del teleférico del Teide y la casa de los guardaparques. A partir de aquí el acceso es restringido, tenemos el permiso hacia las 11h pero como no hay nadie iniciamos la subida por el sendero Telésforo Bravo hacia la cumbre y en unos 30 minutos llegamos a la cima del Teide (3718 m). Aquí la actividad volcánica es más evidente con fumarolas que depositan azufre en la roca. El fuerte viento y la niebla helada impiden que tengamos una buena vista, a la vez que nos van cubriendo de escarcha por lo que tras las fotos de cumbre nos bajamos a zonas más remansadas.
Volvemos por Altavista bajando hasta la pista de Montaña Blanca, que rodeándola nos lleva hacia el Sur hasta el aparcamiento de La Pizarra (2340 m), donde tomamos la guagua, autobús que nos llevará de nuevo a La Orotava, bajo el mar de nubes y donde llueve copiosamente. Al día siguiente volaremos de nuevo hasta la Península con el objetivo cumplido.