19 de diciembre de 2019

PENTALOGÍA ALPINA




PENTALOGÍA ALPINA



"No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta de cuánto has cambiado tú"
Nelson Mandela


            Cubriendo un área de 300 000 km2 los Alpes ocupan una superficie considerable de Europa. El Arco Alpino abarca 1300 km y es el punto de arranque del “sentimiento de la montaña”,  una cordillera para seducir, por su paisaje, su historia y la conquista de sus cumbres. Son, en definitiva, una seña de indiscutible identidad en nuestro continente.

            Por su ubicación en Centroeuropa constituyen un baluarte natural que ha moldeado de forma trascendental el estado de las cosas a lo largo de los siglos, creando cierto tipo de paisaje, cierto género de vida y una peculiar economía.

            En la zona prealpina como los Alpes Franceses Meridionales tienen una estructura más abierta que los Alpes en general, teniendo menos altura y más anchura. En cambio en la zona central se encuentra la mayor estrangulación del arco alpino. El resultado es evidente, cumbres apiñadas y las más altas, como Alpes Franceses Septentrionales y Alpes Suizos.

            En las Dolomitas y Alpes Austriacos continua la diversidad de la cordillera, concretamente en Italia encontramos una serie de relieves que si bien no son los más altos, presentan impresionantes desniveles debido a la erosión vertical de la dolomía.

            Finalmente en la extremidad oriental de la cadena alpina alcanzamos la selva vienesa con los Alpes Estírios y una serie de altiplanicies que culminan en las montañas Karavanke en el umbral de la llanura húngara. Denominaciones como alpino y alpestre se atribuyen incluso a fenómenos muy lejanos de Europa.

            PENTALOGÍA ALPINA

            Con este símil académico hemos denominado las 5 ascensiones, tres de ellas las más elevadas y otras 2 representativas a nuestro entender. Naturalmente hemos participado con mucha gente y en diversas expediciones a lo largo de la década de los 90, pero este audiovisual tiene por objeto no solamente entretener sino brindar al mismo tiempo toda la información puntual en torno a las rutas normales en el momento en que fueron realizadas, pues hasta la fecha continúan siendo las mismas.






            MONT BLANC

            La historia comienza en 1786 con el doctor Michel-Pacard y Jacques Balmat, buscador de cristales, los cuales hacen cima el 8 de agosto a las 06:25 de la tarde. Años atrás se realizaron varios intentos sin resultados.

            En el verano de 1809 Jacques Balmat y sus hijos convencen a Marie Paradis para ascender la montaña blanca y con 23 años ella se convierte en la primera mujer que planta sus botas en la cima de Europa Occidental. El glaciar de Bossons acapara la atención de los alpinistas siendo la única ruta autorizada durante los siguientes 70 años, como resultado de ese “monopolio” es cuestión de tiempo la exploración de nuevas rutas.




            Saliendo de la localidad de Les Houches a 7 km de Chamonix, encontraremos nutridas colas en el teleférico que nos aproxima a la parada del tren cremallera procedente S. Gervais también conocido como la travesía del Mont Blanc.


            En el Nid d’Aigle, Nido del Águila, nos encaminamos por un sendero y en 2 horas y media llegamos al refugio-hospedería de Tête Rousse. Justo antes del refugio tenemos que atravesar un corredor conocido como “la bolera” que sin lugar a dudas es la zona más expuesta de toda la ascensión. En él a pesar de contar con cuerdas fijas, los accidentes se suceden todos los veranos debido el desprendimiento y caída constante de piedras de todos los tamaños.

            Ese mismo día podemos continuar camino de Goûter y con 650 m de desnivel, el camino se hace más escarpado donde debido al intenso tráfico humano siempre hay riesgo de piedras por las cordadas que nos preceden. A pesar de que fue ampliado hace años, el refugio de Goûter tiene verdadera saturación y unas condiciones agobiantes para dormir. Las reservas se hacen con meses de antelación y no es la primera vez que envían gente abajo al no tener  espacio disponible (algunos optan por vivaquear en los subterráneos del mismo).

            En torno a las 2 o 3 de la madrugada una urdimbre de crampones, mochilas y personas nos despierta inevitablemente. Salimos del refugio y una columna de frontales comienza su lenta marcha y si el tiempo lo permite (el parte meteorológico llega la tarde anterior) a las pocas horas estaremos en el Dôme de Goûter. Durante este tramo el panorama es francamente cautivador, si tenemos claridad apreciaremos a un lado un valle en el momento del amanecer y otro aún oscuro por las sombras de la noche en la otra vertiente. Así llegamos al refugio de Vallot solamente utilizado para casos de emergencia e investigación.











            Siguiendo por la arista de los Bosses (también se conoce la ascensión como “ruta de la arista de los Bosses”) llegamos a la amplia cima, lugar que permite el descanso y obtener buenas instantáneas sin los agobios de otras cimas alpinas.












































































            DUFOURSPITZE (MONTE ROSA) 4634 m



            Sin lugar a dudas es el mayor de los macizos de los Alpes. El
Monte Rosa está repartido entre Suiza e Italia si bien hacia este último país presenta unas escarpadas paredes, por lo que las ascensiones se realizan generalmente por los glaciares del país helvético con pendientes más suaves. En total son diez las cimas de más de 4000 m las que alberga el colosal macizo y su punto más alto es el denominado Dufourspitze con 4634 m que fue hollado el 1 de agosto por una nutrida cordada






            Desde Zermatt montamos en el ferrocarril del Gornergrat aunque no es conveniente llegar a la última estación (la cual es interesante por visitar el observatorio del mismo nombre). En ese caso tendríamos que descender y adentrarnos en el glaciar de Gornergletscher que está señalizado. En 2 horas y media alcanzamos el Rosa Hütte.






            Al día siguiente de madrugada, partimos a las 02:00 y somos nueve expedicionarios. De entrada tenemos las morrenas del glaciar de Grenz y en 1 hora nos adentramos de lleno en el glaciar del Monte Rosa. Al poco despunta el alba y la impresionante silueta del Matterhorn y Weisshorn vigilan con perseverancia la ascensión a la segunda cúspide alpina. Estamos llegando al collado Satteltole, a 4200 m, punto clave pues hacia el este nos encaminamos a la Nordend y a la derecha a la Dufourspitze (hecho que produce no pocos despistes). Buscando el punto más alto encontraremos pasos aéreos, expuestos si el viento es fuerte, y justo antes de la cima tenemos un paso vertical de grado III. Superándolo veremos la gigantesca cruz como en casi todas las cimas del Valais.





















































































































            El DOM 4545 m

            Íntegramente en suelo suizo debe su nombre al
canónigo Berchtold de la catedral de Sitten quien realizó las primeras mediciones en la zona. La primera ascensión realizada data de 1858, el 11 de septiembre, por el reverendo y profesor galés John Llewellyn Davies acompañado de 3 guías de Zermatt.

            La vía normal es la
arista Norte o Festigrat. Es un cuatromil relativamente fácil y tengamos en cuenta que hablamos de la tercera cima alpina.
            Desde Randa, hermoso pueblecito del Mattertal partimos hacia al punto más alto canalizados con unas barandillas de madera e internándonos en un frondoso bosque. La primera etapa es hasta el Dom Hütte con 1500 m de desnivel, cuando abandonamos el bosque comienza un camino en el que predomina el pedregal con algunas cascadas de agua. Sin darnos cuenta ganamos mucha altura y la vista del valle se hace soberbia. Llegando al Dom Hütte el guarda no habla muy bien de los españoles “españolo gocho” en tono desaforado es lo que sabe decir en castellano.













            Muy temprano desayunamos pues nos esperan otros 1500 m de desnivel, y en la oscuridad nos adentramos en el Festigletscher (glaciar de Festi). La senda transita por el lado septentrional del glaciar y logramos la brecha Festijoch. A partir de aquí tenemos dos opciones, continuar por la normal o acometer la Festigrat por el collado que se eleva desde la brecha. Escogemos la última por ser más técnica, y después de sortear una torre por la izquierda llegamos a la cumbre donde una inmensa cruz marca la cima. Las vistas del Liskamn y el Monte Rosa son inmejorables.






















































            LA CONQUISTA DEL CERVINO 

            En 1840 nace en Londres, lejos del ambiente alpestre, nuestro protagonista Edward Whymper. Es un joven inquieto que abandona la escuela a los 14 años para integrarse en el negocio familiar de grabador. Corre el año 1860 y viaja a los Alpes con el encargo de conseguir ilustraciones de los picos más emblemáticos. Y así, sin darse cuenta esa decisión cambiaría el rumbo de su vida. Pronto desvía su atención de dibujar los picos a escalarlos, y durante 5 años intenta hasta ocho veces la escalada del Cervino por la vertiente italiana, acompañado por el guía Jean Antoine Carrel, nativo del valle de  Valtournenche.



            Según relata Whymper, “el 13 de julio de 1865 a las 05:30 de la mañana partimos hacia Schwarzee, llegando a la capilla de las nieves a las 08:30 y recogiendo parte del equipo que se encontraba allí. A las 11:30 nos situamos en los primeros escarpes al pie del Cervino y  acampamos a 3350m de altitud. El día es apacible y descansando al sol entonamos canciones, disponemos de varias botas de vino y reponemos fuerzas. Realizo algunos dibujos y nos  preparamos para pasar la noche, unos dentro de la tienda mientras que otros prefieren vivaquear. No había mal presagio en la empresa, pero en nuestras mentes una pesadilla iba y venía a cada instante: ¿... y la cordada italiana?, ¿... habrá hecho cumbre?...  nos llevan dos días de ventaja”.

            Amanece el 14 de julio de 1865, fecha que pasará a los anales del alpinismo mundial. A las 13:40 Whymper y su equipo hacen cima en el gigante de granito. Temerosos recorren la cresta y comprueban con gran alivio que son los primeros en hollar la cima. La alegría es indescriptible, plantan un mástil de la tienda con la camisa de Croz como bandera y seguidamente hacen el hito más grande que pueden. El momento es de euforia total, como si todo hubiera terminado, máxime cuando observan a los italianos a más de 380m por debajo de la cima.

            Pero como una afilada brisa fúnebre portadora de victorias e infortunios llega el descenso y en la parte más crítica, cuando sortean por la cara Norte lo que hoy se conoce como Placa Moseley, resbala Hadow golpeando a Croz. Un momento después arrastran a Hudson y a Douglas, se rompe la cuerda y se despeñan mortalmente. Quien cae en el Cervino en esa parte cae cientos de metros, hasta la base.


            Durante el verano, dos cordadas, una formada por los palentinos Óscar Díez y Leopoldo Escudero y otra leonesa con Javier Fernández y José García hacen cima por las aristas más históricas del imponente peñasco. En ambas se contratan guías. 

            Amanece en la arista suiza y cuando ya divisamos la cabaña Solvay buscamos unas barras de hierro hacia la izquierda y 30m más arriba estamos en la construcción a 4003m.  Este refugio fue construido en 1915 financiado por el industrial belga Ernest Solvay.  Aunque sólo está permitido usarlo para emergencias, en la actualidad muchos montañeros pernoctan allí. Continuamos nuestra ascensión y al poco nos encontramos con los pasos más técnicos en la placa Moseley,  en torno al IV grado, pero equipada con maromas. Es aquí donde la saturación y la caída de piedras constituyen el principal problema de la vía.

            Ya con tendencia a la cara Este, salimos al Hombro asegurado con más barras de hierro. Nos colocamos los crampones y desde el Hombro tomamos una travesía hacia la izquierda para encontrar otra maroma. Llegamos a un muro casi vertical equipado con una escala, superada esta dificultad, ya solo queda ascender por la empinada rampa nevada superior al final de la cual  se alcanza la cima suiza a 4478m.




            Para la arista italiana comenzamos en la localidad italiana de Cervinia, a 2000m, antes llamada Breuil y que nada tiene que envidiar a su colega suiza de Zermatt. Caminamos por las pistas para las que también se puede contratar un todoterreno, llegando así al refugio Duque de los Abruzzos a 2885m. Continuaremos por un sendero, comenzando aquí la ascensión y escalada del pico, y atravesando la canaleta Whymper, al poco encontramos la Cruz Carrel que recuerda dónde falleció Jean Antoine Carrel.




            Surcando ya los primeros neveros por un terreno mixto nos situamos en el Col del Lion a 3580m y ganando verticalidad ya por la cresta vemos una cadena en un muro vertical, tras la cual aparece el refugio de Carrel a 3830m. Como curiosidad diremos que no usamos piolet, sólo crampones. 




            Al día siguiente, en torno a la 6 de la madrugada, proseguimos por la vertiente sur de la Gran Torre y ascendiendo oblicuamente, entre dos piedras, entramos en el Valle de los Témpanos. Una cuerda fija nos ayuda hasta un diedro de unos 25m y a partir de aquí encontraremos varios gendarmes. Atravesamos un muro liso que contorneamos por la derecha encontrando nieve y hielo. Después de otra cuerda fija de 30m alcanzamos La Corbata accediendo así al pico Tyndall ya a 4240m. Más tarde un conjunto de cuerdas y cadenas nos lleva hasta la escala Jordan, una escalera de peldaños que cuelga en el vacío. Prosiguiendo por otra maroma y saliendo a la izquierda alcanzamos por fin la cima italiana 4477m.



























            STRAHLHORN 4.190m

            En el valle Ofental llama la atención la pared Este del Strahlhorn, se trata de un triángulo de piedra  con buenas proporciones. La primera ascensión data de 1854 con Franz Josef Andermatten y Ulrich Lauener, más los ingleses J.Greenville y Christoph Smith.

            Desde Saas Fee ascendemos hacia el Britannia Hut. Es un refugio de montaña del Swiss Alpine Club, ubicado al sur de Saas-Almagell en el cantón de Valais. La cabaña se encuentra a una altura de 3030 metros sobre el nivel del mar, al pie del Allalinhorn cerca del glaciar Allalin, en el macizo de Mischabel.








            Salimos hacia el oeste perdiendo altura hasta el glaciar Hohlaub. Nos acoplamos los crampones y cruzarlo por la noche es toda una aventura. Afortunadamente salimos por uno de los bloques de hielo que desemboca en el glaciar de Allalingletscher y sin contratiempo ascendemos la enorme pala. Dejando siempre la pared este del Rimpfischhorn a nuestra derecha alcanzaremos el collado del Adlerpass, ya a 3789m, para continuar ascendiendo por la arista Noroeste que un poco más arriba se convierte en una espalda ancha, encontrando la cima en la parte izquierda.

            Contando el descenso inicial desde el refugio Britania hacia el glaciar, son unos 1200m de desnivel. Disfrutaremos de muy buenas vistas si el tiempo acompaña.

            El alpinismo cuenta ya con dos siglos de existencia. Se inicia la conquista de Los Alpes y en estos 200 años tenemos una sucesión de éxitos y tragedias de hombres y mujeres que fueron protagonistas en el momento histórico que les tocó vivir. Pero detrás, siempre está esa fuerza innata y que por naturaleza caracteriza al ser humano, su espíritu de exploración y aventura.


Guión: Javier Fernández
Montaje: Óscar Díez










1 comentario:

  1. Hola, Óscar, soy tu primo Víctor de Madrid.
    ¡Qué envidia me das con tanto viaje!

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